Antes, en los tiempos de nuestros antepasados, en esta tierra sólo había gente mayor, ya que casi no había niños. Así era en ese entonces.
Los llamados Tubáli bravos se comían a los niños. Ellos vivían allá arriba, en las cuevas, pero salían e iban en busca de niños para comérselos. Se los llevaban a sus cuevas y por eso antes casi no había niños.
Los ralámuli hicieron una trampa con la intención de matar a los Tubáli. Hicieron un tónali, un caldo, con la semilla del frijol chilicote para matarlos. Cuando hicieron el tónali invitaron al Tubáli más grande a trabajar.
El Tubáli era muy trabajador, trabajaba muy rápido. Ayudó a preparar el terreno para sembrar.
Terminó rápidamente de deshierbar y se fue a la casa de sus empleadores a comer el tónali. Después de comer, el Tubáli se llevó una olla grande de tónali al hombro, pero ya cerca de su casa se cayó. Llevaba el tónali en una olla grande al hombro y se cayó.
Al medio día, la mujer fue a esconderse cuando preguntaron dónde estaba la mamá. Así había dicho la madre:
– ¿Por qué me quiere comer?
Y la mujer pensó: – Me voy a esconder porque tengo mucho miedo.– Así pensó la mujer, porque se la querían comer. Además, la mujer fue a avisar al pueblo.
Entonces los ralámuli se reunieron, hablaron entre ellos, entre todos los que vivían ahí en la comunidad. Acordaron ir a donde vivía el Tubáli. Así que fueron y le dijeron:
– Haz un nido grande con hierba.
Por la noche le dijeron que iba a nevar mucho, así le dijeron. Y él hizo caso e hizo lo que ellos le dijeron.
Los ralámuli hicieron un nido muy grande. Por la noche fueron a verlo. Prendieron fuego al nido grande del gigante cuando éste estaba dormido en el nido con los suyos.
Paks níiqulh litubáli ákan kalhkuyúka, man chátun qustáxtulh.
A partir de ese momento, los niños crecieron. Desde entonces, los niños abundan.
Los ralámuli de antes, si en aquella época no hubieran pensado, no habríamos crecido en número. Los ralámuli que vivieron primero hicieron las cosas con mucho pensamiento, para que creciera mucha gente.
En aquel tiempo los ralámuli muy apenas acabaron con los gigantes, porque cuidaban de los niños.