Antes, en los tiempos de nuestros antepasados, en esta tierra sólo había gente mayor, ya que casi no había niños. Así era en ese entonces.
Los llamados Tubáli bravos se comían a los niños. Ellos vivían allá arriba, en las cuevas, pero salían e iban en busca de niños para comérselos. Se los llevaban a sus cuevas y por eso antes casi no había niños.
Antes, en los tiempos de nuestros antepasados, en esta tierra sólo había gente mayor, ya que casi no había niños. Así era en ese entonces.
Los llamados Tubáli bravos se comían a los niños. Ellos vivían allá arriba, en las cuevas, pero salían e iban en busca de niños para comérselos. Se los llevaban a sus cuevas y por eso antes casi no había niños.
También comían a las mujeres embarazadas. Los gigantes vivían donde vivían los ralámuli.
Andaban donde quiera, en búsqueda de mujeres embarazadas. Por eso los ralámuri las escondían dentro de una troje. Así eran los Tubáli, no respetaban.
También comían a las mujeres embarazadas. Los gigantes vivían donde vivían los ralámuli.
Andaban donde quiera, en búsqueda de mujeres embarazadas. Por eso los ralámuri las escondían dentro de una troje. Así eran los Tubáli, no respetaban.
Los ralámuli hicieron una trampa con la intención de matar a los Tubáli. Hicieron un tónali, un caldo, con la semilla del frijol chilicote para matarlos. Cuando hicieron el tónali invitaron al Tubáli más grande a trabajar.
Los ralámuli hicieron una trampa con la intención de matar a los Tubáli. Hicieron un tónali, un caldo, con la semilla del frijol chilicote para matarlos. Cuando hicieron el tónali invitaron al Tubáli más grande a trabajar.
El Tubáli era muy trabajador, trabajaba muy rápido. Ayudó a preparar el terreno para sembrar.
Terminó rápidamente de deshierbar y se fue a la casa de sus empleadores a comer el tónali. Después de comer, el Tubáli se llevó una olla grande de tónali al hombro, pero ya cerca de su casa se cayó. Llevaba el tónali en una olla grande al hombro y se cayó.
El Tubáli era muy trabajador, trabajaba muy rápido. Ayudó a preparar el terreno para sembrar.
Terminó rápidamente de deshierbar y se fue a la casa de sus empleadores a comer el tónali. Después de comer, el Tubáli se llevó una olla grande de tónali al hombro, pero ya cerca de su casa se cayó. Llevaba el tónali en una olla grande al hombro y se cayó.
Los hijos del Tubáli fueron corriendo rápido hacia donde su papá se había desvanecido.
Luego encontraron el tónali allí tirado. Dado que eran muy pobres, se pusieron muy contentos. – Nuestro papá trae algo muy rico, – así dijeron.
Entonces murieron también los hijos del Tubáli, por comer el tónali.
Los hijos del Tubáli fueron corriendo rápido hacia donde su papá se había desvanecido.
Luego encontraron el tónali allí tirado. Dado que eran muy pobres, se pusieron muy contentos. – Nuestro papá trae algo muy rico, – así dijeron.
Entonces murieron también los hijos del Tubáli, por comer el tónali.
Los Tubáli que no comieron no murieron. Uno de ellos dijo:
– Voy a robarme una mujer,– así dijo el Tubáli. – Y me casaré con esa mujer.
Pronto el Tubáli tuvo un hijo. Cuando el niño ya estaba grande, la mujer volvió a quedarse embarazada. Ahora el Tubáli quería comerse a la esposa.
Envió a la mujer a calentar agua. Ella no sabía para qué calentaba el agua, pero el niño le dijo a su madre:
– ¡Cuidado! Dicen que te van a comer.
Los Tubáli que no comieron no murieron. Uno de ellos dijo:
– Voy a robarme una mujer,– así dijo el Tubáli. – Y me casaré con esa mujer.
Pronto el Tubáli tuvo un hijo. Cuando el niño ya estaba grande, la mujer volvió a quedarse embarazada. Ahora el Tubáli quería comerse a la esposa.
Envió a la mujer a calentar agua. Ella no sabía para qué calentaba el agua, pero el niño le dijo a su madre:
– ¡Cuidado! Dicen que te van a comer.
Al medio día, la mujer fue a esconderse cuando preguntaron dónde estaba la mamá. Así había dicho la madre:
– ¿Por qué me quiere comer?
Y la mujer pensó: – Me voy a esconder porque tengo mucho miedo.– Así pensó la mujer, porque se la querían comer. Además, la mujer fue a avisar al pueblo.
Al medio día, la mujer fue a esconderse cuando preguntaron dónde estaba la mamá. Así había dicho la madre:
– ¿Por qué me quiere comer?
Y la mujer pensó: – Me voy a esconder porque tengo mucho miedo.– Así pensó la mujer, porque se la querían comer. Además, la mujer fue a avisar al pueblo.
Entonces los ralámuli se reunieron, hablaron entre ellos, entre todos los que vivían ahí en la comunidad. Acordaron ir a donde vivía el Tubáli. Así que fueron y le dijeron:
– Haz un nido grande con hierba.
Por la noche le dijeron que iba a nevar mucho, así le dijeron. Y él hizo caso e hizo lo que ellos le dijeron.
Entonces los ralámuli se reunieron, hablaron entre ellos, entre todos los que vivían ahí en la comunidad. Acordaron ir a donde vivía el Tubáli. Así que fueron y le dijeron:
– Haz un nido grande con hierba.
Por la noche le dijeron que iba a nevar mucho, así le dijeron. Y él hizo caso e hizo lo que ellos le dijeron.
Los ralámuli hicieron un nido muy grande. Por la noche fueron a verlo. Prendieron fuego al nido grande del gigante cuando éste estaba dormido en el nido con los suyos.
Los ralámuli hicieron un nido muy grande. Por la noche fueron a verlo. Prendieron fuego al nido grande del gigante cuando éste estaba dormido en el nido con los suyos.
Todos los Tubáli murieron todos cuando les echaron fuego, sólo uno salió de la fogata.
Él se convirtió en lo que llaman oluma. A partir de entonces se acabaron los Tubáli y así fue como murieron los Tubáli.
Todos los Tubáli murieron todos cuando les echaron fuego, sólo uno salió de la fogata.
Él se convirtió en lo que llaman oluma. A partir de entonces se acabaron los Tubáli y así fue como murieron los Tubáli.
A partir de ese momento, los niños crecieron. Desde entonces, los niños abundan.
Los ralámuli de antes, si en aquella época no hubieran pensado, no habríamos crecido en número. Los ralámuli que vivieron primero hicieron las cosas con mucho pensamiento, para que creciera mucha gente.
En aquel tiempo los ralámuli muy apenas acabaron con los gigantes, porque cuidaban de los niños.
A partir de ese momento, los niños crecieron. Desde entonces, los niños abundan.
Los ralámuli de antes, si en aquella época no hubieran pensado, no habríamos crecido en número. Los ralámuli que vivieron primero hicieron las cosas con mucho pensamiento, para que creciera mucha gente.
En aquel tiempo los ralámuli muy apenas acabaron con los gigantes, porque cuidaban de los niños.
Lengua original: ralámuli
Autor(a): Edgar Adrián Moreno Pineda
Ilustraciones: Gustavo Márquez
Traducción: Edgar Adrián Moreno Pineda, Ignacio Químare Recalache