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El nahual de mi hija El nahual de mi hija

Autor(a) Elodia Ramírez Pérez

Lengua original Basado en la tradición oral tu'un savi

Ilustraciones -

Traducción Elodia Ramírez Pérez

Lengua español

Nivel Nivel 4

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Te voy a contar lo que me pasó con mi hija de ocho meses. Ella se había enfermado y tuvo fiebre, mucha fiebre. Fui con ella para que le dieran medicina para la fiebre, pero no se le quitó. Empezó a dejar de comer su teta. Ya no quería comer.

Te voy a contar lo que me pasó con mi hija de ocho meses. Ella se había enfermado y tuvo fiebre, mucha fiebre. Fui con ella para que le dieran medicina para la fiebre, pero no se le quitó. Empezó a dejar de comer su teta. Ya no quería comer.


Y me aconsejó mi difunta tía:

– Ve con ella a la casa de Anacleto, porque él puede ver qué es lo que tiene. Lo que ella tiene no es una enfermedad buena. Ya tomó medicina y no quiere comer.

Y me aconsejó mi difunta tía:

– Ve con ella a la casa de Anacleto, porque él puede ver qué es lo que tiene. Lo que ella tiene no es una enfermedad buena. Ya tomó medicina y no quiere comer.


Me apuré a ir con él, llevando a mi hija. Llegamos a su casa y le conté lo que pasaba con ella. Él revisó a mi hija. Echó los maíces para saber qué tenía mi hija y ahí vio.

Me apuré a ir con él, llevando a mi hija. Llegamos a su casa y le conté lo que pasaba con ella. Él revisó a mi hija. Echó los maíces para saber qué tenía mi hija y ahí vio.


Dijo:

– ¡Híjole! Esta enfermedad es de su nahual. No es enfermedad de fiebre sino del animal que es su nahual.

Dijo:

– ¡Híjole! Esta enfermedad es de su nahual. No es enfermedad de fiebre sino del animal que es su nahual.


– Alguien miró a este animalito nahual. Lo vieron los niños o tal vez un hombre mayor y lo siguieron. Vieron en dónde se metió y taparon su agujero. Y no tiene cómo salir. No tiene qué comer y se está muriendo de hambre. Por eso tu hija está así. – Así me dijo él.

– Alguien miró a este animalito nahual. Lo vieron los niños o tal vez un hombre mayor y lo siguieron. Vieron en dónde se metió y taparon su agujero. Y no tiene cómo salir. No tiene qué comer y se está muriendo de hambre. Por eso tu hija está así. – Así me dijo él.


– Y ¿cómo le hago para que mi hija se cure?, – le pregunté, porque me asusté mucho. ¿Qué tal si mi hija no se cura?

– Y ¿cómo le hago para que mi hija se cure?, – le pregunté, porque me asusté mucho. ¿Qué tal si mi hija no se cura?


– Esta enfermedad del nahual es muy peligrosa –, me dijo el abuelo Anacleto. – Pero sí se puede curar. Si traes un huevo, dámelo. Yo aquí tengo copal.

– Esta enfermedad del nahual es muy peligrosa –, me dijo el abuelo Anacleto. – Pero sí se puede curar. Si traes un huevo, dámelo. Yo aquí tengo copal.


Él comenzó a limpiar a mi nena con el huevo y el copal. Luego, me dijo:

– Este huevo te lo llevas y lo vas a guardar mientras se le quita la fiebre. Ella se irá componiendo poco a poco y ya no le va a pasar nada a su animalito nahual. – Y eso fue lo que le hizo a mi hija.

Él comenzó a limpiar a mi nena con el huevo y el copal. Luego, me dijo:

– Este huevo te lo llevas y lo vas a guardar mientras se le quita la fiebre. Ella se irá componiendo poco a poco y ya no le va a pasar nada a su animalito nahual. – Y eso fue lo que le hizo a mi hija.


Luego, la cargué en mi espalda y tomamos el camino para llegar a casa. Ella se durmió desde que él la limpió con el huevo y el copal.

Luego, la cargué en mi espalda y tomamos el camino para llegar a casa. Ella se durmió desde que él la limpió con el huevo y el copal.


Con ella dormida, llegué a la casa. Cuando la acosté en la cama se despertó, pidió la teta y comenzó a comer. En ese momento me di cuenta de que mi hija se estaba curando. Y entonces le dije a mi mamá:

– ¡Mi hija está comiendo!

Con ella dormida, llegué a la casa. Cuando la acosté en la cama se despertó, pidió la teta y comenzó a comer. En ese momento me di cuenta de que mi hija se estaba curando. Y entonces le dije a mi mamá:

– ¡Mi hija está comiendo!


Ahí supe que es muy difícil curarse de la enfermedad del nahual. Dicen que todos tenemos un animalito que cuida de nuestro corazón, que es nuestro otro yo.

Por eso es esencial cuidar a nuestro nahual.

Ahí supe que es muy difícil curarse de la enfermedad del nahual. Dicen que todos tenemos un animalito que cuida de nuestro corazón, que es nuestro otro yo.

Por eso es esencial cuidar a nuestro nahual.


Lengua original: tu'un savi
Autor(a): Elodia Ramírez Pérez
Ilustraciones: -
Traducción: Elodia Ramírez Pérez
Lengua: español
Nivel: Nivel 4
Fuente: Tradición oral
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